Mucho tiempo después de que yo recuperé mi libertad y el país la democracia, me encontré con el método Pilates. En ese momento sufría las consecuencias del sedentarismo porque nunca había vuelto a hacer ejercicios ni practicar deportes.
Mi maestro fue Michael Miller, un instructor con muchos años de experiencia. El Pilates se ha comercializado en Estados Unidos dónde una certificación cuesta miles de dólares. Por supuesto que esta comercialización ha maquillado y mistificado el método.
Se trata de tomar en cuenta nuestra estructura de seres bípedos y esbeltos sometidos a la permanente fuerza de la gravedad.
Nuestra base de sustentación es pequeña en comparación con nuestra altura y peso por lo que permanentemente nos estamos cayendo al decir de Moshé Feldenkrais.
El sedentarismo trae consecuencias físicas inevitables. El dolor de una tensión permanente se transforma en deformación permanente con lo que se hace un círculo vicioso: mas tensión, más dolor, más deformación.
El objetivo entonces es fortalecer el cuerpo para volver a una vida activa contrarrestadno el sedentarismo al que nos obliga la vida moderna. O sea sobrevivir, igual que lo que hacíamos en las cárceles de la dictadura.
Whatsapp
+54 9 343 573 1413
Contacto
casapil1@casapilates.com

Cómo llegué a hacerme instructor

A los 25 años me detuvieron en el marco de la dictadura que ya se insinuaba, Era 1975 y las desapariciones aún no eran la norma. Luego de un año de torturas me trasladaron a una cárcel "legal".
Nos acostumbramos a hacer ejercicios en espacios reducidos, con movimientos precisos que habíamos ido aprendiendo unos de otros. Los presos políticos compartíamos todo conocimiento usando métodos clandestinos para comunicarnos.


Hacer ejercicio era motivo de duros castigos, aislamiento, golpiza, ducha helada y varios días de frío intenso en calabozo helado y sin abrigo.